¿Qué es la Filosofía?.
No es casualidad que
empecemos por una pregunta. Preguntar es propio del hombre.
En este primer apartado
intentaremos responder este interrogante, teniendo claro que no buscamos dar
una definición acabada, completa, sino generar una inquietud, acercar nociones,
mostrar qué se dijo al respecto, para poder realizar una aproximación a la
filosofía.
Según
su definición etimológica, Filo es
amor y Sophia sabiduría. ¿Saber
amar?. Podría ser… Sin embargo suele optarse por “amor por la sabiduría”. Amor
en cuanto deseo, búsqueda apasionada. Sabiduría referida, quizás, más al
saborear las verdades que al incorporarlas, almacenarlas y repetirlas. Cuentan
que Pitágoras fue el primero en utilizar esta palabra. Dicen que dijo “No soy un sofós sino un filósofo”. No
soy un sabio sino un amante de la sabiduría…
Veamos
otras definiciones que suelen citarse al respecto:
“Ciencia que estudia todas las cosas por sus
causas primeras o últimas con la sola luz natural de la razón”
La Metafísica o Filosofía primera es “un
saber que se ocupa teoréticamente del ente en tanto ente y de las propiedades
que como tal le son propias” (Aristóteles, Metafísica, Libro IV).
“La principal ocupación de la filosofía es
cuestionar y aclarar algunas ideas muy comunes que todos nosotros usamos cada
día sin pensar sobre ellas. Un historiador puede preguntarse qué sucedió en tal
momento del pasado, pero un filósofo preguntará: ¿qué es el tiempo?. Un
matemático puede investigar las relaciones entre los números, pero un filósofo
preguntará: ¿qué es un número?. Un físico se preguntará de qué están hechos los
átomos o qué explica la gravedad, pero un filósofo preguntará: ¿cómo podemos
saber que hay algo fuera de nuestras mentes?. Un psicólogo puede investigar
cómo los niños aprenden un lenguaje, pero un filósofo preguntará: ¿por qué una
palabra significa algo?. Cualquiera puede preguntarse si está mal colarse en el
cine sin pagar, pero un filósofo preguntará: ¿por qué una acción es buena o
mala?”. (Nagel, T., What does it all
mean?, Oxford University Press, citado en Savater, F., Las preguntas de la vida, págs. 21-22. Barcelona, Ed. Ariel, 1999.)
“Debemos cultivar la filosofía no por las respuestas definitivas que demos a sus preguntas, pues por regla general es imposible corroborar su verdad; la filosofía debe cultivarse por las preguntas en sí mismas, porque éstas amplían nuestra concepción de lo posible, enriquecen nuestra imaginación intelectual y minan la seguridad dogmática que impide a nuestra mente abrirse a la especulación” (Bertrand Russel en Los Problemas de la Filosofía)
“Filosofía quiere decir ir de camino. Sus
preguntas son más esenciales que sus respuestas, y toda respuesta se convierte
en una pregunta” (Karl Jaspers)
El preguntar es propio del hombre. Las respuestas van variando. Nuestro conocimiento sigue avanzando, y, paradójicamente, nuestra ignorancia aumenta a su lado (o al menos la conciencia de esa ignorancia; Sábato lo llama “el porvenir de la ignorancia”). Lo que no cambia es la pregunta. Aparecerán nuevos cuestionamientos, pero los fundamentales continuarán irrumpiendo en la vida de los hombres. Las respuestas cambiarán según las épocas, pero es propio del filósofo seguir preguntando…
Algunos dicen que un filósofo es un ciego dentro de
una habitación totalmente oscura buscando un sombrero negro que no existe… Más
allá de la humorada, lo único cierto que les puedo decir al principio de este
curso es que “la Filosofía es un camino de ida…”
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